06 Abr Reflexiones sobre mi exposición de la obra Tarot “el mapa del tesoro”
En este post os cuento mis reflexiones tras la última exposición Tarot, “el mapa del tesoro”, en la que expuse la obra completa.
Paseo por la sala vacía, los muros desnudos, los focos apagados y los cuadros embalados listos para volver al estudio. Las tres semanas que ha durado la exposición han dejado en mí una huella muy fructífera, un contacto tremendamente agradable con el público, al que no puedo más que agradecer su asistencia, el interés mostrado por la obra y las muestras de cariño y el ánimo a continuar que me han infundido.
Durante tres semanas las obras ocuparon este espacio ahora callado, neutro y pese a lo que por el título pudiera parecer esotérico y oscuro, se mostró como un estallido de color. Quise, y creo que lo conseguí, que la luz de las obras ofreciera un aspecto del Tarot mucho más vital, más puro y alejado de las creencias de superstición que se le puedan presuponer. Mi intención era mostrarlo como una fuente de conocimiento tanto filosófico como psicológico, pero no es menos cierto que ante todo soy pintor y mi principal placer consistió en sentir cómo me envolvía el color cuando me limitaba a dejarme invadir por su vibración. Pude observar cómo influía sutilmente en el estado energético de muchos asistentes, incluso una señora que trabaja la cromoterapia me hizo un comentario al respecto.
Ahora toca continuar, digerir la experiencia, explorar otros caminos.
El camino abierto por el Tarot me ha mostrado un horizonte inagotable, que para una mente inquieta y unos ojos escrutadores es una bendición. De todas formas, a esta colección todavía le queda recorrido y necesita miradas nuevas, abrirse a energías diferentes, salir de casa. El Tarot es el manual para crear nuestra propia realidad mediante el conocimiento de las fuerzas universales y para recorrerlo se requiere consciencia y coherencia, lo cual me exige confiar en que mi obra encontrará los ojos adecuados, aquellos que valoren el trabajo y la energía invertidos y me impulsen no solo anímicamente si no también físicamente en los nuevos proyectos que ya van tomando forma.